miércoles, 4 de septiembre de 2013

Incendios culturales al estilo "Huanca(ino)"

Hace años conversaba con un amigo de la ciudad de Lima, el cual se admiraba mucho de la comparsa de algún colegio que en ese momento pasaba, me decía “algo que me admira de la ciudad de Huancayo, es su progreso con alma de pueblo”; me puse a reflexionar bastante y a recordar las palabras de Ortega y Gasset cuando cuestiona la tradición y el modernismo dentro de España, en entre otras cosa afirmaba su famosa frase “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo” para poder expresar su punto de vista respecto a conservar tradiciones y patrimonios frente a un modernismo sin identidad.
Es decir en 1911 ya se observaba que un crecimiento sin identidad seria desastroso para un verdadero desarrollo, así mismo el aferrarnos al pasado sin dar pie a la modernidad tampoco es la solución, pues tendríamos que vivir estancados en costumbres y tradiciones que encarcelan al espíritu, sin embargo aparentemente ambos aspectos son las caras de una misma moneda y parecen irreconciliables; es por ello que este eximio filosofo logra reconciliar estas dos ideas.
Ahora bien al analizar a mi querida ciudad de Huancayo y sus ganas de progresar destruyendo su identidad alegando la tesis de que somos huancainos y por lo tanto somos foráneos, desarraigados de las costumbres de nuestras comunidades de origen y seria “tradición” seguir desarraigando patrimonios en vía de nuestro inconsciente colectivo en aras de un progreso sin desarrollo; por otra parte observo a las instituciones encargadas de la protección de nuestros patrimonios y las cuales responsabilizan a los dueños en la conservación de dichos patrimonios y con lo cual se libran de las responsabilidades a las que fueron encomendadas, alegando así mismo su falta de presupuesto para actuar en este tipo de situaciones, convirtiendo en bombas de tiempo o en ruinas a nuestros patrimonios y luego cuando ocurren las desgracias se rasgan las vestiduras lanzandose lodo entre los responsables, todo ello solo para tapar su mediocridad.

Si bien es verdad que en nuestro país es el “mundo al revés”, con políticos que destruyen patrimonios por que no va acorde a su peinado y otro tanto que dice conservar sin asumir realmente su función; me pregunto, ¿que deseamos realmente para nuestro querido Huancayo?, un verdadero desarrollo o solo seguir la senda de los mercenarios de un supuesto progreso sin alma.

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